martes, 4 de abril de 2017

Rechazo a la ejecución del túnel submarino

El colectivo ciclista Alacant en Bici y la Plataforma comarcal por la movilidad sostenible de l’Alacantí rechazamos categóricamente la idea, lanzada el pasado mes de febrero y reiterada el 31 de marzo por el alcalde Gabriel Echávarri, de ejecutar un túnel submarino por el centro de la ciudad que desvíe todo el tráfico rodado que actualmente circula por la Explanada.

Desde AenB y la PCM aplaudimos la idea de peatonalizar la Explanada, lo que crearía un gran paseo marítimo y reduciría la brecha generada por el paso de 50.000 vehículos diarios por una de las zonas más emblemáticas de nuestra ciudad.

AenB y la PCM consideramos indispensable que este proyecto contemple la eliminación del tráfico de paso, es decir, de aquel tráfico que circula por el centro de la ciudad sin ir o venir de ella, circunstancia que podría hacerse dirigiéndolo hacia las vías de circunvalación de la ciudad (Gran Vía, Vía Parque y autovía de circunvalación A-70) y no permitiendo que continúe circulando por el centro de la ciudad, con los perjuicios que eso conlleva para la habitabilidad de nuestro litoral.

Consideramos, además, que el túnel submarino es un disparate en toda regla, no solo por las complicaciones técnicas que se están poniendo sobre la mesa, sino porque supone echar por tierra todas las sinergias pro movilidad sostenible que las ciudades están emprendiendo, con medidas de reducción del tráfico por el centro de sus ciudades y de desmantelamiento de grandes infraestructuras para el automóvil en los núcleos urbanos.

Con esos 30 millones que el alcalde considera necesarios (algunos ingenieros ya elevan su coste) podría ejecutarse la Vía Parque en su totalidad, el túnel de la Serra Grossa del TRAM y la peatonalización de la Explanada, obteniendo como resultado una Alicante más peatonal, ciclista y con mejor transporte público. En cambio, con este proyecto del señor Echávarri se perpetúa en la ciudad un modelo insostenible de grandes infraestructuras para el automóvil en perjuicio del resto de transportes colectivos y sostenibles y, sobre todo, en perjuicio de la calidad de los espacios públicos de nuestra ciudad, que brillan por su ausencia.

En cambio, en Alicante, lejos de una política en favor de la movilidad sostenible, se propone un proyecto de ingeniería de tráfico más propio de los años 50 y el boom del automóvil que del siglo XXI.

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